En Platja d'Aro, encontramos la playa grande con 2,5 km de longitud ideal para pasar el día y aprovechar para dar una vuelta por el centro comercial del pueblo. En el lado norte final de esta playa, se inicia el camino de ronda que llega hasta Sant Antoni de Calonge. Recorriendo este camino se pueden visitar calas muy agradables.
La Cala Rovira una de las más amplias de este camino, con grandes rocas que la delimitan.
La Cala Sa Cova es una pequeña cala donde, los pescadores, antiguamente dejaban sus barcas.
Cala Belladona y Cala Cap Roig reconocidas por la gran roca o islote que veréis en medio de estas dos calas. Un lugar fantástico para bucear.
La Cala Roques Planes, situada en un cabo rocoso os sorprenderá por las formas variadas de las rocas.
En Sant Antoni de Calonge, encontramos la playa de Torre Valentina y la de Es Monestri ideales para las familias.
En Palamós la playa grande enlaza con las playas de su pueblo vecino, San Antonio de Calonge. Es una playa extensa que acaba con el puerto pesquero. Pasado los puertos pesquero y deportivo, en Palamós encontramos calas de gran belleza.
La Cala Margarita y la Cala S'Alguer, son calas donde los pescadores antiguamente tenían sus barracas y dejaban allí los utensilios de pesca y sus barcas. Podemos ver aún esas las barracas que hacen encantadoras estas calas.
Cala La Fosca, reconocida por la roca oscura que se encuentra en el centro de la cala. Es una cala de arena fina donde hay restaurantes y chiringuitos. Si se toma el camino de ronda en dirección norte, podréis visitar el Castillo de Sant Esteve de la Fosca, del siglo XIII.
La Platja de Castell, es una de las pocas calas vírgenes de la Costa Brava. Se ha mantenido sin construcciones y en estado natural.
Después de esta playa encontraremos una sucesión de calas de alto valor paisajístico y natural: Cala el Crit, Cala Corbs, Cala Canyers y Cala Estreta.
En el municipio de Palafrugell, los núcleos marítimos de Calella, Llafranc y Tamariu, son pueblos pesqueros que han mantenido su encanto.
Begur, es uno de los pueblos más bonitos de la Costa Brava y sus calas tampoco dejan indiferente.
La playa de Sa Riera es una de las más grandes de la localidad y tiene unas magníficas vistas a las Islas Medas.
La Cala de la Illa Roja, conocida por el gran islote de piedra roja, es una cala con grandes acantilados que podría ser un escenario de una película.
Platja Fonda, Cala d'en Malaret, Cala n'Estasia y Cala de Aiguablava, se encuentran una serie de otro y son ideales para bucear y mantienen su aire de autenticidad.
La Cala Sa Tuna no tiene arena sino piedras pero es una de las más bonitas. Allí encontraréis un bonito núcleo de casas blancas, antiguamente pesquero.